
Hacía tiempo que quería escribir sobre ella, pero hasta ahora --y todavía hoy-- me ha sido difícil encontrar una semántica que describa su arte. Lo que está claro es que, con una inmensa influencia de su mentor y maestro Gil Evans, María Schneider ha dado varios pasos más y se ha transformado en la figura más influyente y pionera en la actualidad en lo que se refiere al desarrollo de las big bands u orquestas de jazz, logrando un sonido y estilo únicos a través de sus composiciones y arreglos orquestales.
Maria Schneider nació en Minnesota e hizo sus estudios musicales en la universidad de esa ciudad, así como en la de Miami y la Eastman School of Music. Se trasladó a Nueva York en 1985, donde siguió estudiando bajo la tutela de Bob Brookmeyer y Gil Evans. Trabajó en varios proyectos con este último. En 1993 formó la Maria Schneider Jazz Orchestra, con la que tocó semanalmente, durante cinco años, en "Visiones" de Greenwich Village. Su primer premio Grammy lo obtuvo en 2004 por su

Maria Schneider ha trabajado también en esta década dirigiendo y haciendo arreglos para agrupaciones tan diversas como la famosa big band de la Radio de Dinamarca, la Metropole Orchestra, orquestas de Holanda, de Stuttgart, la Orquesta de jazz del Carnegie Hall, la Concert Jazz Band de la Universidad de Miami, Hunter College, Jazz at Lincoln Center, la Sociedad Filarmónica de Los Ángeles, etc. etc.
Su discografía no es extensa. Sólo ha grabado seis álbumes en 15 años. Pero todos ellos joyas de antología, atiborrados de galardones y elogios de la crítica. En orden cronológico son Evanescense, 1994; Coming About, 1995; Live at the Jazz Standard: Days of Wine and Roses, 2000; Allegresse, 2000; Concert in the Garden, 2004, y Sky Blue, 2007.
La mayoría de los músicos de la orquesta ha estado con ella desde hace más de diez años y en esta agrupación han desfilado excelentes solistas. Algunos de ellos se han dado a conocer internacionalmente, y ganado galardones, gracias a haber tocado en esta agrupación, como es el caso de la trompetista canadiense Ingrid Jensen. Son muchos los solistas como para nombrarlos aquí, pero vale la pena escucharlos con atención. Por lo general Maria Schneider deja mucho espacio y tiempo para las improvisaciones de los solistas, pero --y esta es una de sus características-- los apoya constantemente con arreglos que van variando y sorpendiendo todo el tiempo. El resultado es genial.
Maria Schneider es hoy una leyenda en vivo. Así como después de Duke Ellington, Count Basie y Benny Goodman vinieron innovadores "radicales" como Thad Jones/Mel Lewis, Toshiko Akiyoshi y Gil Evans, lo que ha hecho Maria Schneider es dar otro salto adelante, al Siglo XXI, con un estilo y un sonido frescos y creativos, pero preñados de la tradición de todos esos gigantes que han mantenido vivo el desarrollo de las big bands a través de las décadas.
De lo que estoy convencido dese hace un tiempo, es que como comentaristas sí podemos escribir "sobre" músicos, "sobre" estilos, "sobre" música. Pero que las palabras y los textos no pueden describir la música, ni menos expresarla. El lenguaje de la música es demasiado complejo y subjetivo. La música hay que escucharla. En este caso, hay que escuchar a Maria Schneider con mucha atención. Una y otra vez.
Pablo Aguirre